martes, 31 de agosto de 2010

¿Cómo conquistar a un hombre?


Basándome en la película La cruda realidad (The ugly truth) y en su protagonista masculino, he recopilado 6 pasos que le sirven a Abby Ritcher (Katherine Heigl) para conquistar al que cree es el hombre de sus sueños:


  1. No suenes desesperada.
  2. Hazle esperar lo justo y necesario.
  3. Nada de críticas.
  4. Ríe por todo lo que diga, aunque no tenga gracia.
  5. Los hombres son visuales, explota tu look o cámbialo.
  6. Nunca hables de tus problemas, los hombres ni se interesan ni te escuchan.

No he llevado a cabo estos seis consejos de Mike Chadway (Gerard Butler) porque la realidad cinematográfica no siempre es igual que la cruda realidad, de todos modos la que se atreva a seguir estos pasos que deje su comentario para futuras mujeres conquistadoras.

domingo, 15 de agosto de 2010

¿Cómo comprender a los hombres?


No sé si existe algún manual de instrucciones para comprender el comportamiento de los hombres o alguna guía, lo que sí conozco es la existencia de Cineterapia, un libro de Nancy Peske y Beverly West que, película a película, te aproxima en uno de sus capítulos al mundo varonil.
Para las mujeres que les resulte problemático descubrir por qué los hombres son como son, quizás las siguientes películas las ayuden a comprender el "ni contigo ni sin ti" y otros misterios del sexo opuesto:

  • Taxi Driver: para entender la extraña historia de amor que tienen los hombres con los perdedores de las películas.
  • True West: para recordarnos que en el interior de todo hombre (adulto) hay un insoportable niño.
  • Gladiator: para intentar comprender las excusas de los hombres parecidos a Máximo: -"Estoy obligado a matar, así que mato. Con eso basta".
  • Uno de los nuestros: para descubrir por qué los hombres son tan inconformistas.
Éstas películas no entienden de sexo, mientras ellos disfrutan de los tiros, fuerza y la dureza del protagonista, nosotras podemos distraernos con los músculos y la personalidad del personaje masculino para buscar un vínculo con la realidad.

domingo, 8 de agosto de 2010

¿Cómo elegir un sujetador de tu talla?


Parece una pregunta sencilla pero según un estudio realizado por la empresa de ropa interior femenina Rigby&Peller, casi el 80% de las mujeres usan sujetadores que no son de su talla.
Para saber la talla que necesita tu cuerpo, basta seguir los pasos que nos ofrece Bunty Cutler en su manual 211 cosas que una chica lista debe saber:

  1. Al probarte un sujetador, inclínate hacia delante para meter el pecho en las copas.
  2. Abróchate el sujetador por los corchetes que aprietan menos, siempre que la goma se te ciña al cuerpo.
  3. La goma debe rodearte la espalda a la misma altura que las copas.
  4. Si se te adapta bien, deberías poder pasar el dedo por debajo de la goma sin que te cueste una barbaridad sacarlo.
  5. Ponte encima del sujetador una camisera ceñida para ver el efecto que hace en tu pecho.
  6. Levanta los brazos por encima de la cabeza, si se te sube, se tuerce o se mueve, no es el sujetador correcto para tu cuerpo.

Los errores más comunes se cometen con las copas y el contorno. De manera que:

  • Si el sujetador te queda holgado, quizás necesites una talla de copa más pequeña.
  • Si la goma se te sube, pruébate una talla de contorno más pequeña.
  • Si el aro se te clava en la axila, utiliza una copa más grande.
  • Si tienes mucho pecho, te irán mejor los sujetadores con tirantes no elásticos.
  • Si tienes poco pecho, tu aliado será el foam.

Después de leer esto, ¿perteneces al 80%?

domingo, 1 de agosto de 2010

Mujeres


Somos altas, bajas, delgadas, no tan delgadas, rubias, morenas, pelirrojas… Pero todas tenemos algo en común: las armas de mujer.
Estas armas, empleadas en más de una guerra, sirven para situaciones tan dispares como los viajes gratis, si no que se lo pregunten a mi amiga Elena.
Ella, por despiste o por ahorro, decidió sacar su billete navideño el mismo 24 de diciembre y se encontró con todos los trenes abarrotados. ¿Qué hizo? Se plantó en la ventanilla con clínex en mano y comenzó a llorar y a gritar las navidades en familia que ese año no tendría. ¿Qué consiguió? Viajar en la misma cabina del maquinista ¡y gratis! Desde que me contó aquello, he recurrido a la misma arma de mujer en distintas guerras que implicaban desde policías hasta dependientes.
Por Elena, por las situaciones dramáticas de nuestras femeninas vidas y por el fomento de estas armas, este mes hablaré de cineterapia, tallas de sujetador y disimulos.
¡Qué tiemble el sexo opuesto!


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